Una de las gracias que tiene Internet, es que nos pone a todos sus usuarios con un nivel similar de acceso a la información que se produce en el mundo. Ya no hay que estar en Nueva York para ver la exposición de Matisse y Picasso en el Moma; en Boston para recorrer el MIT o en Egipto para acceder a la Biblioteca de Alejandría. Todo está en la pantalla. Más lento o rápido, dependiendo de la conexión que se disponga, pero allí está.
Entonces, uno, como fanático de la tecnología y de la adquisición de conocimientos por esta vía, siente que sólo basta con lanzarse en la piscina para aprovechar esta avalancha cultural. Porque una de las gracias que tiene la Internet, es que nivela a todos en el acceso a la información.
Sin embargo, en los últimos meses personalmente me he sentido un tanto solo en esta forma de usar la red. Porque si bien mucha gente está utilizando Internet por estos días, el principal uso que le dan tiene relación con enviarse chistes, fotos o películas de dudosa calidad artística y, naturalmente, compartir cadenas con amenazas diversas para quien las rompa.
Para acentuar esta sensación, en las últimas semanas han llegado dos estudios a mis manos, que ofrecen “datos de campo” que permiten configurar una idea concreta sobre los usos efectivos de la tecnología.
El primero de ellos es el estudio realizado por el proyecto “Biblioredes: Abre tu mundo”, que lleva adelante la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam). Este entregó los resultados de su primer estudio (internamente le llaman “Base Cero”) que establece un diagnóstico inicial del uso de las tecnologías de información y comunicación, con el fin de poder comprarlo posteriormente, con los resultados que obtendrán con sus proyectos.
Los números no son buenos, como lo comunicó un cable de la agencia EFE publicado por Mouse, recientemente. Por ejemplo, muestran que sólo un tercio de los chilenos maneja los conocimientos para navegar en Internet, mientras que un 71 por ciento no sabe usar programas informáticos que permitan utilizar la red. Además se revela que la población adulta y la de menores ingresos es la que menos maneja las tecnologías, lo que estaría evidenciando una brecha digital importante.
Ahora, si nos vamos al otro extremo, que es conocer lo que están haciendo quienes sí usan la Internet en el país, se cuenta con el interesante estudio del “World Internet Project” que llevó a cabo en el país el Instituto de Estudios Mediales y el Instituto de Sociología de la Universidad Católica, con el apoyo del Centro de Estudios de la Economía Digital de la Cámara de Comercio de Santiago. La “gracia” de este trabajo es que se trata de una encuesta anual que puede ser comparable internacionalmente. Por lo tanto, en su presentación, se mostró cómo estamos en relación con Estados Unidos, destacándose ampliamente, por ejemplo, las diferencias que tenemos al usar la red para comprar. Del total de usuarios adultos, sólo el 6,2% de los chilenos realiza compras a través de Internet, en comparación con casi el 40% en Estados Unidos.
Si se comparan los 10 usos más populares de Internet, Chile y EEUU coinciden en seis, entre los que están el uso de e-mail, navegar, leer noticias y jugar. Pero los norteamericanos además compran, hacen reservas de viaje, buscan información médica y revisan cuentas bancarias. En tanto, los chilenos estudian, bajan música, revisan avisos clasificados y chatean.
Es decir, la red para nosotros sigue siendo un juguete del que estamos viendo cómo funciona y al que estamos lejos de sacarle provecho.
Creo que es tiempo de tomarse un poco más en serio lo que se puede hacer en la red. Y eso sólo ocurrirá cuando empiecen a aparecer aplicaciones estratégicas sobre Internet. En esto el Servicio de Impuestos Internos ha demostrado año a año, que es posible y rentable.
Por lo tanto, lo que falta que las empresas privadas se lo crean y lo hagan. Sólo así los chilenos verán que a través de Internet se puede hacer algo más que jugar. Sólo entonces las encuestas nos mostrarán un mejor cuadro.
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