Gracias a un regalo de mi bella hija, desde hace un tiempo tengo Spotify en mi celular. ¡Qué cosa más interesante! Me he propuesto no quedarme en la música de siempre e investigar y leer acerca de lo que escucho y abrir los oídos y la mente a lo que llega de manera inesperada a mi pantalla.
Por ejemplo, leí un cuento del Señor Murakami y me enteré (y escuché) que en los primeros dos discos de The Beatles, la mitad de los temas eran covers. O que Elis Regina y Antonio Carlos Jobim grabaron juntos en un momento complejo para ambos, quienes no necesriamente querían estar juntos, pero terminaron creando la mejor versión de Aguas de Março. Y así.
Mi único problema es la interfaz de la aplicación en mi celular, que no tiene una pantalla chica (Samsung J6 de hace dos años), debido a que sin importar lo que esté escuchando, insiste en dejar la zona interactiva en un espacio mínimo y guardar el mayor espacio para mostrarme lo que ya sé, es decir, la carátula y el nombre del disco. En términos reales, alrededor de 10% lo ocupa la zona de interacción y 90% lo ocupa la zona de información.
¿Qué espero en esta circunstancia? Simple: un botón más grande, que ofrezca la operación más usada de acuerdo a la situación en que estés. Aunque creo firmemente en que la interfaz de una aplicación debe ser consistente a lo largo de su uso, creo que vale la pena aplicar una regla que modifica este concepto: la interfaz debería cambiar cada vez que exista la portunidad de cumplir con el objetivo de apoyar la acción del usuario.
Lo dejo anotado.
Leave a Reply