Este viernes 19 habrá una cita sin precedentes en Santiago. Por primera vez se juntarán masivamente los Arquitectos de Información (AI) para debatir los temas que les parecen más importantes de su área de interés, reconocerse como comunidad y ver formas de organización a futuro.
Como parte del grupo organizador del evento, yo mismo he tenido que reconocerme como un AI, debido a que no hay un título profesional que avale tal calidad. De hecho en el país sólo se dictan dos cursos sobre la especialidad y uno de ellos, me tiene a mí como profesor 🙂
A nivel mundial ya existen organizaciones que los representan, destacando dentro de ellas AIFIA (Asilomar Institute for Information Architecture) en Estados Unidos y Cadius en España y se da la casualidad que ya muchos AI chilenos tienen la membresía en ambas.
La razón para juntarse en el caso chileno, radica en avanzar en un tema que he abordado varias veces en esta columna: mejorar la experiencia que tienen los usuarios que visitan los sitios web en Chile.
En este sentido, los AI son un grupo que puede hacer un aporte notable, dado que esta rama del desarrollo de sitios web y de aplicaciones computacionales en general, consiste en organizar la información agrupándola en conjuntos que permitan que un usuario la entienda y gracias a ello, acceda a los contenidos presentados de manera simple y efectiva.
En Chile se ha estado practicando de manera aislada desde hace algunos años. Notables ejemplos han sido, en este sentido, Javier Velasco, Malisa Gutiérrez y Joaquín Márquez, dos de ellos viviendo y trabajando fuera del país en este momento. Los tres han avanzado mucho en la disciplina y se han motivado por aprender más y por dar a conocer más los temas de interés de la AI.
Si uno se plantea, ¿en qué es diferente un sitio web con AI de uno sin AI?, se podría decir que lo es desde el punto de vista del usuario. La primera pregunta que le hace un arquitecto de información al cliente, no es cómo quiere el sitio, sino para qué lo quiere. Y desde allí comienzan las diferencias.
En una columna reciente, abordaba el tema de los pecados del diseño web, y entre ellos planteaba que se piensa más en la forma que en el contenido. Es decir, se parte desde el diseño, dejando de lado puntos trascendentales, como por ejemplo, si el sitio se integra dentro de la estrategia comunicacional que pueda tener la empresa. Y si ésta no la tiene, pues, la sugerencia es crearla. Porque en este sentido, uno de los AI internacionales más conocidos y que pasó por Chile en marzo pasado, Louis Rosenfeld, plantea que la “Arquitectura de Información es como la cola que mueve al perro”. Se refiere con esto al hecho cierto de que la Arquitectura de Información obliga a cualquier empresa u organización a plantearse seriamente su presencia en el web y a incluirla dentro de parámetros muy concretos que sean coherentes con la forma de trabajo que ésta tenga. Por supuesto, al plantearse el trabajo de la empresa en esos términos, muchas veces se descubrirá que tal marco no existe y que en realidad la empresa está en el mercado y vende, sólo porque sus dueños son muy activos o tiene buenos vendedores y productos. Pero no hay elementos que la trasciendan. Por lo mismo, es el trabajo del AI, el que obliga a plantearse el punto y resolverlo.
Pues bien, ése es el grupo de gente que participará del evento de este viernes, que, como dijimos, tendrá la gracia de hacer que los AI aparezcan en el paisaje y comiencen a mostrarse como un grupo organizado. Las expectativas son altas. Y las ganas de hacer cosas también. Así que en buena hora llega este evento.
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