Morir con las botas puestas por el contenido

Este mes de mayo partió con una polémica de marca mayor, relacionada con los contenidos digitales y la participación de los lectores.
Todo comenzó con la publicación en algunos sitios de la siguiente lista de números y letras: 09 F9 11 02 9D 74 E3 5B D8 41 56 C5 63 56 88 C0. Como lo explica muy bien Enrique Dans en su blog, esa información es “el recientemente descubierto código capaz de crackear la encriptación de una de las joyas de la corona de la industria de los contenidos, el HD-DVD”. Cuando éste fue publicado originalmente, la Motion Picture Association of America (MPAA) obligó al autor a borrar la información y tomó la misma actitud cada vez que la información volvía a aparecer.
Hasta que el tema llegó a Digg.com, un sitio que genera su portada con los temas que reciben más votos por parte de los usuarios registrados; había tantos bloggers apoyando su publicación, que logró llegar hasta la portada de ese sitio. Pues bien, ese sitio recibió una carta pidiéndole que eliminara ese contenido y, como reconoce su fundador Kevin Rose, simplemente lo hicieron.
El problema es que los usuarios siguieron insistiendo hasta lograr que el tema nuevamente llegara a la portada. Allí Kevin se rindió y escribió un post memorable (con mi traducción):

“Hoy fue un día difícil para nosotros. Tuvimos que decidir la remoción de los artículos que contenían ese código debido a una obligación legal de terminar y desistir. Teníamos que decidir y en nuestro deseo de evitar un escenario en que los servicios de Digg fueran interrumpidos o terminados, decidimos obedeceer y remover los artículos con el código. Pero ahora, tras ver cientos de artículos y leer miles de comentarios, ustedes nos lo han dejado claro. Les gustaría ver a Digg caer luchando más que bajar la cabeza ante una compañía más grande. Los escuchamos y con efecto inmediato, no borraremos los artículos o comentarios que contengan el código y enfrentaremos las consecuencias, cualquiera que ellas pudieran ser. Si perdemos, entonces qué importa, por lo menos morimos intentándolo”.