Una de las conversaciones más frecuentes que tenemos los integrantes de AIChile, tiene que ver con la manera de hacer que los temas que nos interesan -léase, Arquitectura de Información, Usabilidad, Experiencia de Usuario y estándares Web- lleguen a quienes toman las decisiones acerca de qué debe tener el nuevo sitio web que desarrolla una empresa.
La forma habitual del proceso de creación del web que vemos en el mercado, pasa por “pedir un monito” para ver cómo lucirá el futuro sitio, y en el camino se va viendo qué más se le pone. Eso hace que los sitios muchas veces luzcan, ya que los diseñadores siempre harán su trabajo de la mejor manera posible, y tendrán muchos buenos efectos, ya que los “flasheros” aportarán lo suyo. Pero, créanme, el sitio no hará lo que se espera de él: generar valor para el cliente que lo encargó.
Porque por bonito que se vea, el sitio desarrollado de esa manera no aportará lo que los clientes de esa empresa llegaron a buscar, ni sus contenidos llegarán a los buscadores para que nuevos clientes conozcan la oferta que hace y lo visiten, repitiendo el círculo virtuoso.
En cambio, lo que ofrecemos los AIs comienza por definir una estrategia para el sitio web; luego, entender a qué audiencia se dirige y cuál será la oferta que se le hará. Es natural que el sitio que emerja de esos cimientos, tendrá resultados. Sus dueños harán negocios y el sitio multiplicará el valor de la inversión que se hizo al desarrollarlo.
Dicho lo anterior, creo adecuado contar de dónde nacen estas reflexiones. Fueron motivadas por un post que leí en “El respetable“, blog de J. Muga (quien está a cargo de BCN Innova) y que más tarde fue recogido por “Chile País de Diseño“.
Lo interesante de ese artículo es que habla de la creación de valor desde la perspectiva del cliente que compra el trabajo de un diseñador, ofreciendo diez elementos claves para entender la mente del cliente. Y en esa mente, no nos demoremos en decirlo, lo que hay son dos palabras: crear valor. O, como repite Muga tan fieramente, “valor por valor“.
Usando esa perspectiva, podemos trasladar lo mismo hacia nuestra disciplina: el cliente que encarga un sitio web quiere valor. Si el sitio resultante usa estándares y cumple con los últimos dictados de la experiencia del usuario, mejor. Pero no es lo relevante. Primero, que pague la inversión que se ha hecho en él.
Por lo tanto, a la hora de vender lo nuestro, eso no será lo relevante ya que para el cliente eso forma parte de la mecánica del auto y lo que a él le interesa -para seguir la analogía- es a dónde lo lleva el vehículo, más que entender cómo está construido o los detalles técnicos de su funcionamiento.
Creo que es hora de alinearnos con esta visión de mirar el valor, si queremos que nuestros temas lleguen a donde nos interesa. De lo contrario no pasaremos de ser techies interesantes, pero techies al fin y al cabo.
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