Durante años hemos debatido entre quienes nos dedicamos en Chile a la Arquitectura de Información, acerca de cómo validar a quienes se dedican a esta disciplina.
Dado que no tenía hasta hace poco un espacio formal de estudio, más allá de cursos aislados en la materia, los AI locales auto-aprendían leyendo, mirando a los demás y desarrollando proyectos con las metodologías aprendidas. Muchos, entre los que me cuento, aprendimos así.
Sin embargo, desde el año pasado y por un esfuerzo individual de varios profesionales del área, nosotros mismos hemos estado formando a quienes podemos llamar con propiedad arquitectos de información. Ya que los sometemos a los rigores de un diplomado y les ponemos al frente al grupo de profesores que sabemos que les pueden ofrecer lo que deben saber en esta área: Darcy Vergara, Pedro Arellano, Yerko Pezzopane, Rodrigo Vera, Herbert Spencer, Jorge Barahona, Pablo Muñoz y quien escribe.
El sábado pasado terminamos las clases con la segunda generación (sólo hacemos una versión del diploma por año) y nos deja muy tranquilos, el conocimiento que logramos ofrecer y los proyectos que llegamos a sacar junto con ellos. Esto, porque parte de la metodología de trabajo consiste en que cada alumno es a la vez desarrollador y cliente, para que aprenda en la práctica cómo se vive a ambos lados de la “trinchera”.
Este año en particular, tuvimos la alegría de contar entre los alumnos a Roger quien vino de Colombia a estudiar a Chile, sólo por el tipo de conocimientos que podía encontrar. Claro, que nos llena de orgullo y agradecemos a Natalia Vivas, que nos recomendó.
Naturalmente que nos queda mucho por hacer y mejorar, ya que de hecho, nos encantaría tener más tiempo para hacer más cosas y entregar más información. Pero hasta ahora, vamos bien. Así que les dejo la foto final del grupo en la sala de la U. del Pacífico (Chile) que nos cobijó desde mayo pasado, para que vean lo felices que terminamos.
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