A raíz de una entrevista que me hizo Francisco Sabat, profesor de Periodismo de la Universidad Finis Terrae, durante el verano, para un bello proyecto que se trae entre manos y al que le auguramos mucho éxito, tuve que responder muchas preguntas acerca de lo que pensaba en relación con los medios y su futuro.
Aunque no quiero divulgar por acá lo que respondí para molestar su trabajo, quiero aprovechar ese impulso para darle una vuelta al tema y dejar mi visión al día de hoy sobre el futuro de los medios.
Principal desafío
El central es sobrevivir. Hoy los medios enfrentan a un escenario donde todo está en contra: un mercado que no invierte, una audiencia que los abandona y una crisis de su modelo de negocio normal, basado en la publicidad. Si eso no fuera poco, se agrega la competencia de Facebook y Google, que se quedan con una tajada cada vez mayor de la inversión publicitaria, y la presencia permanente de las redes sociales, que son elegidas por las personas para informarse, quitándole tiempo de consumo y relevancia a los medios. Creo que nunca tantas cosas de manera simultánea habían estado en contra de que los medios tengan posibilidades de futuro.
Modelo de negocio
En el pasado la publicidad era la forma de ganar dinero en el ecosistema de los medios de comunicación. Era simple: el medio desarrollaba audiencias gracias a sus contenidos y se le cobraba a empresas que querían entregarle mensajes a esas personas que visitaban lo que publicaba. Google y Facebook innovaron y crearon un sistema que personaliza la publicidad, haciendo efectiva la inversión. Los medios reaccionaron con la publicidad programática, pero fue tarde y no tan eficiente, ya que se mantuvo el costo por visitas y no por clicks. Por lo tanto, el futuro deberá financiarse con diferentes tipos de negocios que incluyan, entre otros, membresía, publicidad, segmentación, personalización, newsletters, multi plataformas y mucho software.
Nuevas habilidades
Lo que sigue va a ser digital, con mucho software, vale decir, se debe invertir en programación y tecnología. Para decirlo en simple: se necesitan periodistas que programen sus contenidos; diseñadores que generen contendios y resuelvan problemas en pantallas aprovechando las capacidades del software e ingenieros que reporteen y entiendan de contenidos, para que esto sea cierto. Hay que decirlo claramente: los medios sin esa alma digital no sobrevivirán.
Qué plataforma seguirá
Es casi una apuesta, por lo que hay que pensar en que los medios deben entregar sus contenidos en la plataforma en que estén las audiencias a las que quiere llegar. Se requiere que haya personas que entiendan este tema y que les den la capacidad y la posibilidad de innovar. Va a haber mucha prueba y error, pero hay que estar allí y no ser espectador de cómo los demás lo hacen, esperando que se asiente la tecnología para luego invertir. La mala noticia es que, si miramos los últimos 20 años, no hay una tecnología que haya durado tanto. Nada se asienta, sino que son fases de aparición, desarrollo, madurez y muerte en ciclos cada vez más cortos. Hay que persuadir a las marcas que invierten en publicidad a compartir la vorágine.
Redes Sociales
Habrá muchas, muy diferentes y muy efímeras. Hay que elegir aquella en que la audiencia del medio haga sentido estar. Lo que no puede ocurrir es que el medio no se vea porque está oculto tras un medio de pago, porque si no se ve, pierde su alcance y con ello su capacidad de influir.
Cobrar por todo
Ya se hizo el esfuerzo de entregarlo todo gratis y no resultó como negocio. Por tanto, hay que inventar formas de cobrar razonablemente por todo, aunque sea por mirar una página. Hay muchas empresas innovadoras (por ejemplo las fintech chilenas y de otros países) que les gustaría participar de un modelo de ese tipo. Más ahora que está cambiando el escenario de los medios de pago. Estamos hablando de dinero aquí: si hay éxito, se paga solo.
Para terminar, podemos decir que el modelo anterior terminó porque ya cumplió con todo lo que podía dar (de hecho, lo estamos estrujando para sacar lo último). Sólo queda innovar para seguir.
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