Me gusta mucho ese dicho, que significa que cada experto tiene su propia forma de organizar su trabajo. Nada despectivo al decir maestrillo, por supuesto.
Hoy quiero aplicarlo a Andrew DeVigal, el director de multimedia del NYT, que visitó Chile a fines de mayo y que presentó la manera de trabajo que tiene su área.
Una de las slides de su presentación que más me llamó la atención (y que me conseguí con él mismo por mail), fue la que mostraba el flujo de tiempo utilizado para sus diferentes productos digitales, que es la que se ve a continuación:
Lo más llamativo es que está establecido de antemano el tiempo que dura el desarrollo de proyectos, lo que permite destinar recursos y saber de antemano lo que se necesitará para un trabajo determinado, como los que mostró en su visita a Chile.
Es posible apreciar que la línea de tiempo (horizontal) es de horas, días y semanas y que se cubre de esa manera la complejidad que pueden tener los proyectos. Mientras que en la vertical van las destrezas que, de menor a mayor complejidad, incluyen audio y Flash.
Finalmente, de sus enseñanzas, me quedo con una en particular: los periodistas tienen que verse a sí mismos como contadores de historias, y por lo tanto deben aprovechar las nuevas tecnologías para hacer más fácilmente esa tarea.
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