Ser periodista que escribe noticias y equivocarse con alguna frecuencia, va de la mano, por no decir que es lo mismo. Como tengo esa profesión puedo decir que nos equivocamos porque se trata de una actividad que mezcla dos acciones que son habitualmente incompatibles: buscar la realidad de un hecho y explicarlo en el menor tiempo posible. Los errores, afloran. Sin duda. Otra cosa es desconocerlo.
Por eso, lo que le pasó a Engadget, que dio a conocer que dos productos de Apple estaban atrasados generando con eso una caída de la empresa en la Bolsa, es algo que podríamos decir que es hasta “normal” y que es uno de los riesgos de intentar estar al día con lo que pasa.
Al ver la forma en que Engadget enfrentó el problema, muestra la diferencia en que ellos (los medios en EE.UU.) y nosotros (los medios en Chile) tratamos los errores. En ese blog de tecnología hicieron lo que se ve en la imagen: tacharon el contenido anterior y a continuación pusieron la nueva información. De esa manera, los usuarios que llegaban al sitio buscando ese dato, podían darse cuenta que la información había cambiado y que había algo nuevo. Una de las gracias de que sea periodismo digital, ¿no?
Otros medios como The New York Times tiene una sección normal de correcciones en el web y The Washington Post tiene un espacio permanente dedicado a lo mismo en la segunda hoja de su Cuerpo A.
Sobre esto de enmendar errores en la prensa chilena no hay registro; sólo de cuando en cuando se publica la aceptación voluntaria de un error o bien, se llega a publicar alguna sentencia que obliga a publicar una retractación. Esto lleva a tener la creencia de que los medios no se equivocan y que básicamente no haya seguimiento de los errores cometidos.
Por eso da gusto, por ejemplo, ver lo que hacen los nuevos medios -es decir los blogs- cuando simplemente corrigen y mejoran sus informaciones. Una clave es lo que publica Fayerwayer en su nota sobre los PC Classmate para niños: “A diferencia de los medios tradicionales, nosotros no tenemos vergüenza en reconocer cuando descubrimos que algo no fue como fue“.
Claramente, la credibilidad en un medio crece en la medida que aumenta la confianza del lector en lo que le cuenta, ya que a futuro tendrá la seguridad de que si algo cambia, será el primero en saberlo. Y punto.
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