Este artículo es uno de los cinco con los que resumo mi asistencia al evento UX-LX sobre usabilidad, realizado en Lisboa en mayo 2012.
Fue una de las presentaciones más destacadas en el seminario UX-LX: Kim Goodwin hablando de diseño de interacción mediante el uso de escenarios. Es decir, llegar a definir una interfaz luego de entender exactamente qué hace el usuario, por qu+é lo hace y qué es lo que busca cuando visita el espacio digital.
Su explicación para el uso de escenarios, es decir el lugar donde ocurren las acciones que llevan a una persona utilizar una aplicación, es que mediante ellos “se consigue llegar a una lista de tareas que son el punto de partida para hacerse cargo de una situación”.
Su planteamiento es que las interfaces que se construyen no sólo deben destacar por su usabilidad (“eso es lo básico -dijo-, el punto de partida”). “Tenemos que deslumbrar para comprometer a las personas que las usan”, subrayó.
Como resultado del estudio de los escenarios, se determinan los requerimientos, porque mediante este sistema es posible entender lo que los usuarios saben, hacen y sienten al enfrentar una situación determinada. Añadió que dichos requerimientos se transforman en funcionalidades, ya que las necesidades se describen con verbos ya que describen las acciones que serán hechas por el usuario: “por cada una de ellas se debe imaginar cómo pueden ser hechas en una pantalla”, explicó.
¿Cuál es la herramienta clave para trabajar con escenarios? Pues, la que practicamos en su taller fueron los storyboards (ver foto), que resultaron ser muy útiles para trabajar y entender de qué manera se podía pasar desde una situación que le ocurría a una persona, a lo que debía tener una pantalla para responder a sus necesidades.
Más información acerca de esta forma de trabajo, se puede ver a través de la presentación que hizo el día final y que describe uno de sus proyectos, relativo a un sitio que aborda la situación de pacientes en un centro médico.
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