Es posible que en un par de años, cuando miremos hacia atrás este 2001 desde la perspectiva de las tecnologías relacionadas con la computación, aparezca octubre como un mes importante debido al lanzamiento mundial de Windows XP, el primer sistema operativo “distinto” lanzado por Microsoft.
Si revisamos la historia, veremos que los chicos de Redmond, pese a que siempre han estado acusados de algo (de copiarle a otros; de fallar en las fechas de lanzamiento; de hacer software llenos de fallos y así para adelante) han logrado impactar al mercado con sus producciones.
Primero fue Windows, que con su versión 3.1 llegó a ser un éxito de ventas, pese a competir con el Macintosh que conseguía maravillas con computadoras del mismo tipo.
Luego con la versión 95 y la 98, prácticamente se tomó el mercado. Y con NT y luego 2000, se quedó con el segmento corporativo, ganando su espacio ante a una multitud de compañías que ya estaban instaladas y funcionando muy bien.
Y ahora llega XP, que trae algunas novedades que pretenden cambiar la forma de trabajo en la que estamos acostumbrados. La principal, es que este sistema operativo usa la Internet como algo normal y le saca provecho para varias cosas.
Por ejemplo, pensando en ellos primero, permite que el registro del software con Microsoft sea a través de la red, pero mediante un sistema que toma nota de datos sensibles (como los números de serie) de varias piezas del computador en que está instalado, impidiendo que la misma licencia pueda ser usada en otra máquina. Pero como esto se hace una sola vez y normalmente los usuarios reciben las computadoras con todo instalado, la experiencia comenzará una vez que el computador haya encendido.
En esto, los cambios que más se notarán vienen del hecho de que se promete un encendido un tercio más rápido. Que se ofrece un manejo más rápido de la música (otra de las actividades mas realizadas con un PC en estos días). Que la barra de tareas consolida en un solo icono todos los documentos de un solo programa, evitando el despliegue innecesario de ventanas. Que tendrá una administración más simple de los diferentes usuarios de un mismo computador.
Pero probablemente los cambios más significativos son los que no se ven. Por vez primera el software para profesionales y para usuarios hogareños, no estará basado en el antiguo sistema operativo MS-DOS, sino que será completamente nuevo. Y además, el sistema operativo tendrá los cimientos para la construcción de nuevos sistemas de venta de información y servicios que usen Internet como medio de distribución. Algo que no estará disponible desde el inicio, pero que luego aparecerá, siguiendo los planes de Microsoft de extender su influencia, más allá del computador. Y aquí no hablo de una conspiración maléfica ni nada por el estilo. Se trata simplemente de una compañía que sigue su estrategia, pasando de tener el computador como centro de todo (incluidas sus ganancias por la venta de software), a poner a la red y en especial a Internet como el espacio en el que va a transcurrir el futuro.
Por eso este octubre será un hito en la computación.
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