Bueno, decir “en guerra” suena un poco violento. En realidad debería decir que está creciendo el conflicto entre los ususarios y los productos digitales que emplean, debido a que las interfaces (es decir, las pantallas con los comandos de trabajo) han cambiado y ha aumentado la dificultad de uso.
Esto que comenzó como algo personal al mudarme de versión en mi sistema operativo (regularmente utilizo Ubuntu), coincidió con la mirada de un amigo, a quien le incomodó tanto el cambio, que prefirió cortar por lo sano y se pasó hacia MacOS. Computador incluido, claro está. Yo no soy tan radical, pero sigo pasando rabias porque los controles no funcionan como espero que lo hagan o porque tengo que adivinar dónde poner la flechita del mouse para cambiar el tamaño de una ventana.
A esto se unió al reclamo de más usuarios con otros sistemas. Por ejemplo, lo complejo que se volvió Office de Microsoft con la última versión. Aunque sigo creyendo que Word 1.1 (circa 1991) tenía todo lo necesario y no deberían haberlo tocado más, sé que es una posición un tanto extrema. Sin embargo, lo que han hecho con el pobre software ya no resiste comentario. Yo diría una sola cosa: ¡déjenlo tranquilo!
El problema de las interfaces lo vivimos los usuarios que aprendimos a hacer algo y luego, tenemos que volver atrás y aprender de nuevo. Toda la eficiencia ganada, se pierde de un plumazo.
El caso Bloomberg
Esto que les cuento lo sentí reforzado esta semana al leer el post “Just Don’t Make It Annoying“, donde se cuenta el caso de la pantalla del sistema Bloomberg de noticias especializadas del área económica.
Allí se planteaba que en el año 2007 la empresa IDEO, una de las grandes en diseño de experiencia de usuario en el mundo, se dio a la tarea de rediseñar esa pantalla para hacerla usable. Pero fue rechazado.
La explicación llega en el propio post (con mi traducción):
Cuando el usuario se acostumbra a una interface como ésta, no querrán que se la cambien. No se gana nada con hacerlo. Sí, la curva de aprendizaje puede ser mejorada, pero a los usuarios existentes no les preocupa y el rediseño simplemente les significará más trabajo. Estoy seguro que el terminal de Bloomberg puede ser mejor, pero la solución actual, aunque no es bonita, realmente funciona. Los ejecutivos sólo quieren la información, con la menor fricción posible para acceder a ella, y esto es exactamente lo que una interfaz como ésta les ofrece. Una buena interfaz trabaja para el usuario apartándose de su camino, no invitándolo a más interacción”.
Creo que no hay más que decir. Seguiré pensando en si me cambio de S.O. y peleando con con el que uso.
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