No suelo hablar de temas personales en este blog, pero para lo que quiero contar, haré la excepción. Así que les comentaré que mientras mi hija mayor ya recibió su título profesional este año (periodista y digital, por añadidura), mi segundo hijo estudia medicina (superó el primer año eximiéndose en todo, lo que nos deja realmente contentos).
El tercero pasó a 4to. medio, que en Chile es el último de la secundaria, que viene a ser el anterior a la universidad. Conversando con él y sus amigos hace unos días, iniciamos una conversación que durará varios meses y a través de la cual vamos a tratar, desde varias perspectivas, ayudarles a averiguar qué van a estudiar.
Ya he pasado por ese proceso un par de veces y todo el tiempo me encuentro con lo mismo: lo que se puede estudiar en Chile, no representa todo lo que el mercado necesita. Es decir, se siguen buscando abogados, ingenieros y médicos. Pero cuando quienes estudian llegan a esos puestos, se dan cuenta que esas profesiones ya no existen “químicamente puras” (si es que alguna vez existieron).
En mi caso, estudié Periodismo porque vi en la carrera la suma de todas las cosas que quería hacer. La posibilidad de entrar en muchas carreras, sin quedarme en ninguna. A un poco más de 30 años de esa decisión, creo que no fue tan equivocada, pero que en realidad habría dado “casi” lo mismo lo que estudiara. Al final habría llegado a algo equivalente. Porque lo que me trajo hasta donde estoy, fueron mis intereses que tenían que ver con las preguntas que me iba haciendo (y sigo haciendo) durante mi carrera.
Hoy día mi carrera requiere bastante de ingeniería ya que trabajo y debo entender de desarrollo de software y gestión de proyectos; requiere de herramientas de bibliotecología porque debo entender cómo ordenar y clasificar información para hacer fácil la búsqueda que otros harán; necesito elementos de sicología ya que debo trabajar basado en la empatía lo que me lleva necesariamente a entender al usuario; necesito además manejar las herramientas de marketing adecuadas para “enganchar” al usuario. Finalmente es bueno que sea periodista, ya que tengo que contar historias y armar relatos que le den coherencia a todo. ¿A qué me dedico con todo esto? En simple: hago sitios web.
Entonces lo que un chico o chica de 18 debería preguntarse hoy tiene más que ver con ingeniería reversa. Es decir, partir desde el producto final (lo que quieren ser) para llegar a la forma de desarrollarlo (lo que deberían estudiar para conseguirlo). Vale decir, no partir por considerar que la elección de la carrera determinará toda su vida. Eso es apenas el punto de partida y como ya hemos aprendido los que hemos vivido por un rato, lo interesante no es tanto el destino del viaje, sino que lo que ocurre mientras nos movemos.
Dicho esto, hay que considerar que las tareas que necesitan ejecutarse en las empresas de hoy, normalmente son mezclas de profesiones. Se necesitan habilidades duras (las que enseñan las carreras) junto con otras blandas (las que uno desarrolla) para tener algún éxito en lo que se emprende. Y hasta diría que son más relevantes las segundas. Aunque todo es opinable, ¿no?
Mi área de estudio
Bueno, lo anterior viene a raíz de un artículo que publica el diario “La Tercera” en su edición de hoy, que toma como base uno de Forbes publicado en mayo pasado.
Allí se hace un recuento de las profesiones que tienen “salida” hoy, pero que hace sólo 10 años atrás no existían.
Entre ellas viene una en la que me he desempeñado hace ya un par de años (además de otras) y que se dedica al “Diseño de Experiencia del usuario”.
En el diario, lo explican así:
¿Le suena enredado este nombre? Forbes utiliza un buen ejemplo para graficarlo: la experiencia de despertarse con un despertador es muy diferente a la de amanecer con el sol en la ventana y el canto de los pájaros. Entonces, la labor de este diseñador es intentar imitar esa experiencia a través de la tecnología. Y eso lo puede verificar en la variedad de relojes de alarma en el mercado que buscan despertarlo con la mayor naturalidad posible. Como el sol y los pájaros. Esto significa saber de hardware, software, diseño de interacción, accesibilidad, diseño gráfico y visual, etc. Es harto. También pueden encontrarse algunas ofertas de empleo vía internet.
Como se ve, una carrera de este tipo no es posible estudiarla aún, ya que sólo se encuentra a nivel de postgrado, al igual que varias de las otras que se indican en el artículo.
¿Qué estudiar entonces? Queda un tiempo y posibilidades de conversar. Creo que se viene un año interesante y, desde luego, se agradece este regalo de Navidad que significa que te digan que hay futuro para lo que haces.
Aprovecho la fecha: Feliz Navidad para quienes me leen 🙂
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