Este fin de semana en Santiago hubo una corrida atlética de 10 kilómetros que reunió a más de 12 mil personas, auspiciada por Nike. Todos los corredores recibieron una camisa amarilla y un chip que, atado a sus zapatillas, permitía saber cuándo partían y cuándo llegaban a la meta. Además, en la partida les contaron a los participantes que su llegada a la meta sería grabada en video y que podrían verla vía YouTube cuando buscaran su nombre en Google
La solución para esto fue realmente creativa; según mi especulaciones, los organizadores de la parte digital de la corrida, compraron avisos en AdWords para el nombre de cada uno de los corredores, de tal manera que al escribirlo, aparecía un enlace patrocinado que llevaba hacia el video de YouTube que justo lo mostraba cruzando la meta (ver imagen).
Al seguir el enlace del video, se llegaba a un video que mostraba justo el minuto en que el corredor iba llegando: 15 mil personas ya habían visto su video, hasta el momento de publicar este post en la noche del domino.
En este caso, Juan Pablo (mi sobrino y quien me mostró este caso) llegó cuando el reloj marcaba 1:09:42. Vale decir, llegó dentro del grupo que correspondió a la mitad de los participantes, en un puesto más allá del 5 mil. E hizo lo lógico, tras verlo, publicó su llegada en Facebook, como se aprecia en la siguiente imagen.
Mientras, ¿qué pasaba con el sitio oficial de la carrera? Aunque no logré encontrarlo directamente vía Google, muchos sitios apuntaban hacia él, por lo que fue simple llegar. La primera página a la que llegué fue la que informaba que las inscripciones se habían cerrado y que no había mucho más que hacer allí (ver imagen).
Con la sensación de que había una gran oportunidad perdida, busqué con más entusiasmo hasta llegar a la página más completa, con el buscador de lugar de llegada, desde el cual era posible conectarse a las redes sociales y de esa manera completar la “post-carrera“.
Pero, ¿había oportunidad de hacer algo más? Creo que sí, si lo pensamos desde la experiencia de usuario, es decir, desde lo que le gustaría hacer a un corredor en esta etapa. Acá va una lista tentativa:
- Publicar enlaces a las fotos que los propios corredores o fotógrafos interesados en la carrera, dejaron disponibles en Flickr. No todos licenciaron con Creative Commons para usar directamente las imágenes, pero los enlaces ya eran interesantes de compartir.
- Crear un “badge” para Facebook y cualquier otra propiedad digital, que permitiera anunciarle a todo el mundo que uno corrió la carrera.
- Imprimir un diploma, que permitiera tener una prueba física de que uno cubrió la carrera en el tiempo que indica el sitio; ya estaba el nombre y el tiempo disponible, por lo que estye último paso no era del todo complicado.
En fin, tres posibilidades factibles de hacer y que demuestran que a la hora de “ser digital” siempre hay más trabajo que hacer y que las oportunidades sobran.
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