Del scroll, la ceguera a los banners y otras cosas que sabíamos

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Una de las cosas que más me gusta del trabajo en contenidos digitales, es que cada cierto tiempo (cada vez más rápido, por cierto), surge evidencia que lleva a revisar lo que damos por cierto. Muchas veces hay que partir de nuevo y otras, lo nuevo se suma a lo conocido.

Esta vez lo nuevo llega de la mano de un estudio publicado por Mashable esta semana, donde se describe cómo mediante el uso de la técnica del eyetracking, se logró establecer de qué manera las personas usan los principales sitios de redes sociales.

Lo interesante es que este trabajo echa por tierra dos conceptos que dábamos por ciertos. El primero es que, tras lo descubierto por J. Nielsen, sabemos que cualquier imagen que parezca un banner (aviso publicitario de tamaño reducido) es ignorado por los usuarios, por el sólo por el hecho de mostrar publicidad (pese a ello, se siguen vendiendo con particular entusiasmo).

El segundo elemento, es que las personas no hacen scroll, como se demonina a la acción de bajar por una página larga en, la que los contenidos se despliegan “eternamente” hacia la zona inferior, más allá de lo que la pantalla puede mostrar.

Pues bien, mirando los resultados de este estudio, descubrimos que en los sitios de redes sociales, las personas sí hacen ambas actividades. Miran las pequeñas imágenes, ya que corresponden normalmente a las caras de los usuarios que allí participan y hacen scroll permanentemente; probablemente no todo lo que uno esperaría, pero sí se mueven y buscan hacia abajo.

En la siguiente imagen se pueden ver los resultados del eyetracking efectuado por la empresa EyeTrackShop, donde ambos elementos quedan a la vista:

La imagen muestra el resultado de la aplñicación de eyetracking en sitios de redes sociales
Resultado de la aplñicación de eyetracking en sitios de redes sociales

Lo que queda por mirar ahora, es un elemento que nace del sentido común y que consiste en que en la medida de que hay “caras conocidas” en las imágenes, hay una tendencia más fuerte a mirar lo que ellas ofrecen. Vale decir, buscamos a nuestros amigos en las redes sociales y nos interesa lo que ellos digan.

¿Cómo aplicamos esto a los contenidos digitales? Pues, fácil y simple, uniendo caras a mensajes que nos interese dar a conocer. ¿Se imaginan, a modo de ejemplo, que en el sitio web de un candidato, nuestros amigos dieran a conocer las razones de por qué lo apoyan? ¿O que un amigo “prestara” su cara (y prestigio) a una marca? ¿O que nos recomendara un artículo de un medio, con una frase junto a su rostro? Hablo en este sentido, de avanzar un poco más allá de lo que ya hace Facebook, mediante la generación de herramientas que permitan hacer esto de manera personalizada: publicidad de unos pocos hacia unos pocos.

O puesto de otra manera, todos seríamos rostros para las marcas, ¿no?

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